Cuantas veces no han pensado las mil y una formas de atacar al enemigo, cuantas veces no han maquinando la forma de hacer que aquella persona insoportable se la trague el mundo y deje por fin de joderte la vida... cuantas veces no te has dicho a ti mismo, "ya deja eso así, la ley divina se encargará" y te quedas esperando una y mil horas a que algo suceda y te saque ese odio que te carcome el alma y no te deja respirar, muchas veces simplemente cuentas hasta diez y si estas de buenas pulgas hasta decides perdonar, pero en este caso, en esta historia, ni siquiera el perdón puede hacer que me olvide de aquel dolor... uno trata hasta de olvidar, pero siempre ese recuerdo que te hiere regresa a tu mente y traiciona cuanta cosa buena has intentado reconstruir, luego de aquellos sucesos y entonces de manera asombrosa, olvidas rápido diez mil ofensas y como la persona mas entupida actúas como si nada... definitivamente voy a tener que reaccionar, es bueno ser un poco mas radical con lo que pienso y no ser tan estúpidamente flexible, como para caer de nuevo.
F ue uno de esos días, en que todo es permitido, el motivo, “la festa mayor”, desde la mañana la gente llegaba en “manadas”. No era ni medio día y ya se perdían los mil y mil rostros entre la multitud. E l lugar estaba repleto de diversas culturas, razas y movimientos. Llegada la tarde la música invadía los más de cinco escenarios diferentes, el alcohol, la hierba, la comida, el tabaco y la música lógicamente… ya iban haciendo sus estragos… E n su mayoría jóvenes, dispuestos a no llegar temprano casa, unos cuantos eran rapados, tatuados, musculosos, otros mechudos, flacos, unos cuanto “góticos”, raperos, salseros, punkqueros… jajaja, era como un salpicón de todo…. Había espacios para todos los gustos, lesbianas, transformistas, metro sexuales, gays, maricas, afeminados, en fin… S e movían descortinadamente al sonido de los platos del D.J. de música electrónica, otros movían su brazo tras las rimas de los Mc’s de hip-hop, otros movían el esqueleto con el son cubano, otros como en un cue