Luego de saber que hasta la cosa más terrible del mundo te ha pasado, te preguntas ¿y ahora que?, esperando que llegue la respuesta de alguna parte, para poder saber a que nuevo mal te vas a enfrentar, y es ahí, precisamente ahí, en donde piensas nada puede ser peor de lo que me acaba de ocurrir, pero NO, siempre, siempre, siempre, hay algo peor... así que para no sentirse más mal, opté por pensar de una forma conformista (cosa que no me agrada) y me dije: " por algo pasan las cosas", así que en ese preciso momento, solo esperaba que el tiempo transcurriera, algo nuevo sucediera y ya. Y así sucedió, efectivamente, ante mi y de manera inesperada, veo como el mundo por fin.... (Gracias) conspira en forma positiva hacia mí, luego de estar esperando lo peor y echando aguelazos a cielo y tierra, pues bien... Ahí estaba, oscuro como la noche, pero brillante y celestial, como ninguno... ese hombre legendario, lleno de historia y experiencia, ese ser que puede ser denominado como toda una eminencia, ese hombre que con la sola mirada cautiva, ese ser que no es de esta tierra y traído para mí, aquella noche plena... gracias, muchas gracias por escuchar mi llamado.
F ue uno de esos días, en que todo es permitido, el motivo, “la festa mayor”, desde la mañana la gente llegaba en “manadas”. No era ni medio día y ya se perdían los mil y mil rostros entre la multitud. E l lugar estaba repleto de diversas culturas, razas y movimientos. Llegada la tarde la música invadía los más de cinco escenarios diferentes, el alcohol, la hierba, la comida, el tabaco y la música lógicamente… ya iban haciendo sus estragos… E n su mayoría jóvenes, dispuestos a no llegar temprano casa, unos cuantos eran rapados, tatuados, musculosos, otros mechudos, flacos, unos cuanto “góticos”, raperos, salseros, punkqueros… jajaja, era como un salpicón de todo…. Había espacios para todos los gustos, lesbianas, transformistas, metro sexuales, gays, maricas, afeminados, en fin… S e movían descortinadamente al sonido de los platos del D.J. de música electrónica, otros movían su brazo tras las rimas de los Mc’s de hip-hop, otros movían el esqueleto con el son cubano, otros como en un cue